El Realismo en la novela de Benito Pérez Galdós

 







1. Introducción
2. Realismo
3. Trayectoria novelística en la España del siglo XIX. Del Romanticismo al Realismo.
    3.1.  La novela prerrealista.
    3.2.  La novela realista
    3.3. La novela naturalista
    3.4. La novela realista-espiritualista
    3.5. La novela realista-naturalista
4. Benito Pérez Galdós
    4.1. Biografía
    4.2. Galdós y la estética realista
    4.3. Etapas en la obra de Galdós
            4.3.1. Novelas históricas o de tesis
            4.3.2. Los Episodios Nacionales
            4.3.3. Novelas españolas contemporáneas
    4.4. El teatro de Galdós
    4.5. Conclusiones



1. Introducción. 

El fenómeno literario más importante de la segunda mitad del siglo XIX y que hasta cierto punto lo caracteriza es el renacimiento de la novela. A partir de 1849, cuando Cecilia Bölh de Faber (Fernán Caballero), con la publicación de La Gaviota, da principio al nuevo realismo, la novela adquiere un auge enorme que llega hasta nuestro tiempo y pasa, reflejando la vida, las ideas y la sensibilidad de cada momento, por diferentes etapas.  

La nota común que presta continuidad a estas novelas es la técnica realista en el sentido de que, en la mayoría de los casos, aspira a dar una imagen de la vida dentro de un lugar real y un tiempo histórico definido, que casi siempre es el tiempo del autor o muy cercano a él.
Benito Pérez Galdós decía que el arte de componer una novela consiste en reproducirlo todo: la realidad externa e interna. Es decir, la vida del individuo en relación con la sociedad y el ambiente en el que vive. 






En los orígenes de la novela realista española del siglo XIX vemos entrelazarse influencias europeas con los antecedentes españoles. La nueva forma tiene relación con el costumbrismo de Larra, Mesonero Romano y Estébanez Calderón. Casi todos los novelistas empiezan escribiendo cuadros de costumbres o cuentos de carácter popular o costumbristas. Las primeras narraciones largas son cuentos ampliados o copias de las novelas francesas. Todos los grandes escritores realistas europeos han muerto ya cuando la novela llega a su plenitud en España. De esta época de plenitud destaca un nombre sobre todos los demás: Benito Pérez Galdós, por su fecundidad. 



2. Realismo

Conocemos con el nombre de Realismo al movimiento literario y artístico que apareció en Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Surgió como reacción al Romanticismo, ya agotado, y estuvo influido por el positivismo y la ciencia experimental. Este movimiento no pretendía otra cosa que plasmar en la obra la realidad objetiva. La novela, tal y como afirmaba Stendhal, debía ser algo semejante a un espejo que se paseara a lo largo del camino. Es decir, debía reflejar el ser humano y las cosas como son. 
El Realismo nació en Francia de la mano de Stendhal y Balzac, posteriores son Flaubert, Daudet, etc. En Gran Bretaña destacaron Dickens, Thackeray y George Eliot; y en Rusia, Dostoievski, Tolstoi, Chejov,... En España el Realismo se encuentra en las obras de autores como Alarcón, Valera, Pereda, Pérez Galdós, Pardo Bazán, Leopoldo Alas, etc. 
El propósito de los autores realistas de plasmar la realidad obliga al autor a una observación minuciosa de todos los detalles, de ahí que las obras realistas giren en torno a la sociedad contemporánea, una que puede ser objeto de indagación directa. 





3. Trayectoria novelística en la España del siglo XIX. Del Romanticismo al Realismo. 

De 1830 a 1870 fueron las tres vías narrativas por las que se fue transitando, desde el Romanticismo hasta el Realismo, en busca de una novela española: la novela histórica, la novela popular de tema social y el costumbrismo. Cada una de estas vías aportó técnicas narrativas, situaciones, personajes, conflictos, modos de contemplar el mundo y de explicarlo que constituyen el patrimonio heredado por los novelistas posteriores a 1868. 

La crítica viene agrupando últimamente a los principales novelistas de la segunda mitad del siglo XIX dentro de la denominada Generación del 68. Pattison los divide en dos grupos: los mayores (Alarcón, Pereda, Valera y Galdós, por edad) y los jóvenes (Pardo Bazán, Clarín, Palacio Valdés y Blasco Ibáñez). Conforme a la ideología deberían intercambiarse en esta clasificación Galdós y Palacio Valdés. Las características de dicho grupo son:

a) Influencia de clase. Desde diferentes ópticas, todos creen en el progreso y la educación. Se podría distinguir entre librepensadores y católicos.

b) Parten de un dualismo prerrealista y alcanzan la totalización realista, viéndose tentados por el Naturalismo. 

c) Son optimistas y evolucionan hacia el pesimismo.

d) Aspiran a explicar la idiosincrasia de la sociedad española.

e) El narrador tipo interfiere en la acción, comenta, moraliza, sugiere al lector lo que debe pensar.  


    3.1. La novela prerrealista

La nueva narrativa nace hacia 1868, con la Revolución del 68. Según Clarín, ese cambio político propició que la novela pudiera reflejar la vida moderna, las ideas de la época y las aspiraciones de aquel tiempo. Hasta esa fecha aproximadamente existían tres modalidades novelescas:
a) La novela de los sucesos contemporáneos: La fontana de oro (Galdós), El audaz (Galdós), …
b) El Realismo idealizante: Juan Valera y sus obras Pepita Jiménez y Doña Luz
c) La novela de tesis: pone al servicio de la ideas morales del autor la trama argumental y el desarrollo de los personajes: Doña Perfecta (Galdós), El escándalo de Alarcón o El buey suelto de Pereda. 


    3.2. La novela realista

Ofrece una visión amplia de la realidad. Se advierte un claro intento de objetividad frente a las lecciones morales de la novela de tesis. 

    3.3. La novela naturalista
   
Es muy difícil separar el Realismo del Naturalismo. Consideramos la primera manifestación del Naturalismo en España la obra de Galdós La desheredada de 1881. Consiste en una visión de los aspectos más sórdidos de la vida, es una literatura progresista y comprometida que, en ocasiones, choca con los gustos del público. La desheredada fue escrita al mismo tiempo que Émile Zola sentaba los principios teóricos del movimiento naturalista. Se trata de la historia de una mujer de clase media, con antecedentes de locura en su familia, que se deja arrastrar por sus fantasías aristocráticas hasta caer en la prostitución y, por consiguiente, en la marginación social. En sus recorridos por Madrid aparecen las distintas clases sociales y sus modos de vida, incluida una sórdida descripción de los barrios bajos. Fue acogida con tibieza por la crítica y por el público, hasta el punto de que Galdós pensó en abandonar este nuevo Realismo radical y complejo, basado en la libre observación de tesis sobrepuestas. Lo animaron a continuar con esta empresa sus amigos Francisco Giner de los Ríos y Clarín, y de ahí surgió la serie de las "novelas contemporáneas". 







Realismo y Naturalismo coinciden en la década de los 80. Entonces aparecen piezas maestras del Realismo español: La desheredada (1881), Tormento (1884), Fortunata y Jacinta (1886-1887), Miau (1888) y el resto de las "Novelas contemporáneas" de Benito Pérez Galdós; Pedro Sánchez (1883), La Montálvez (1888) de Pereda; La Tribuna (1882), Los pazos de Ulloa (1886), La madre naturaleza (1887) de Pardo Bazán; La Regenta (1884-1885) de Clarín; etc. 


    3.4. La novela realista-espiritualista

En torno a los 90, el Naturalismo deriva hacia su ocaso, siguiendo los derroteros del Realismo espiritualista, donde se aprecia una nueva valoración del mundo moral, patentes en obras como Ángel Guerra (1890-91) o Misericordia, ambas de Galdós. 


    3.5. La novela realista-naturalista

La novela realista nace con el definitivo triunfo de la burguesía. El nuevo entorno social determina su contenido, pero el hecho de que contemple el mundo desde una perspectiva burguesa, no implica una identificación total con las manifestaciones de la clase de poder. Por el contrario, hay abundante crítica hecha desde el grupo al que va dirigida. 

La atención se centra en Madrid, como centro de la vida urbana, que aparece con connotaciones positivas, frente a lo rural. Frente al interés que despierta la burguesía y la clase media, la clase proletaria y sus conflictos acostumbra a quedarse en un segundo plano. El burgués y sus circunstancias serán protagonistas de la mayoría de los relatos. Los asuntos económicos un puesto honorífico en el mundo novelesco, llegando a convertirse en una preocupación constante y obsesiva. 




La producción novelesca implica el dominio de complejas técnicas narrativas. El narrador omnisciente nos revela los más ocultos entresijos de los personajes y pueden participar también en el desarrollo de la acción. Son técnicas fundamentales la descripción, el diálogo y el monólogo. La caracterización de los personajes es minuciosa.

La novela realista hizo un gran esfuerzo por reproducir en los diálogos el habla coloquial.


4. Benito Pérez Galdós

    4.1. Biografía

Nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843. Terminado el bachillerato, se desplazó a Madrid para estudiar Derecho en la Universidad Central. Pero pronto abandonó los estudios para dedicarse al periodismo, documentándose sobre la historia y la vida contemporánea de la capital. Estos conocimientos formarán la base sobre la que, a partir de 1860, construirá sus relatos novelescos (31 novelas sociales, 46 novelas históricas), novelas cortas y cuentos. 

Esta gran labor literaria, mantenida hasta su muerte en 1920, y a pesar de una creciente ceguera, que llega a ser total en 1912, se intensifica aún más a partir de 1892 con la producción pública de 21 obras teatrales. Fue elegido miembro de la RAE en 1897 y diputado de las Cortes Españolas en 1886-1890 y 1907-1914. Galdós también encontró tiempo para viajar por Europa y escribir artículos para la prensa, para estrenar teatro y publicar relatos breves. No se casó nunca, aunque tuvo amantes como Emilia Pardo Bazán. De mucho interés son las cartas que escribió y e escribieron alagunas de sus amantes que le sirvieron como inspiración de algunas de sus obras. (Concha Morell, Tristana...). Murió en Madrid en 1920. 






    4.2. Galdós y la estética realista. Su creación literaria

Es necesario fijar con exactitud la estética de Galdós y su manera peculiar de situarse frente a la realidad. Se puede afirmar que Galdós incorpora en una etapa temprana la realidad objetiva del mundo exterior y que sistemáticamente recurre a las técnicas de documentación de los personajes y de la descripción detallada del ambiente y escenarios, características todas ellas del Realismo literario del siglo XIX.

Podríamos decir que en la novela de Galdós convergen tendencias diversas: desde la tradición del Realismo de los Siglos de Oro (Cervantes y la novela picaresca), influencia de los realistas franceses, ingleses (como Dickens, a quien llegó a traducir) y rusos. A estos podríamos añadir la preocupación por los valores místicos, éticos y religiosos que son característicos de la cultura española (y rusa). Nos encontramos ante un escritor muy personal que logra realizar una integración significativa de las distintas corrientes del Realismo literario en Europa.

Por otra parte, la novelística de Galdós constituye casi un ejemplo de conciencia artística que incorpora la problemática del arte a la sustancia de la propia creación. Galdós, al igual que Cervantes, contrasta y funde constantemente el mundo de la realidad propiamente dicho con el mundo de la ficción. Aún más, para Galdós la realidad se impone como trama de ficción. Raquel Arias Careaga en el prólogo de Tristana (edición de 2001), nos muestra como Galdós funde esa realidad en la novela. El personaje de Tristana está basado en la vida de Concha Morell, que como Tristana, vive al cuidado de un hombre mayor amigo de sus padres. Algunas de las frase de Tristana y, desde luego, su actitud vital están representadas literalmente en la novela, y pueden ser comparadas con las cartas que Concha Morrell envió al novelista.

En el plano de las motivaciones de los caracteres, el autor demuestra conocimiento o intuición sobre la naturaleza humana. Por otra parte, su distanciamiento de la realidad, en su calidad de narrador omnisciente y omnipresente, le permite enjuiciar críticamente y cumplir así una tarea de aleccionamiento. 

Cada una de sus obras constituye una forma aclaratoria de su creación y de la concepción que el novelista tenía de la realidad en sí. 




    
    4.3. Etapas de la obra de Galdós


  El mundo galdosiano abarca la sociedad española integra, concentrada en Madrid. Toda clase de caracteres humanos y la vida histórica, social, religiosa, económica, moral, erótica, noble o baja de los españoles del siglo XIX.

Galdós fue un autor muy fecundo cuyos escritos forman un todo; de hecho, como hacía Balzac, algunos personajes se repiten en sus novelas o en una serie de novelas o en una serie completa de ellas; aportando la unidad de visión. 

Su evolución podría definirse en términos generales diciendo que va de lo histórico y social a lo individual; de los problemas generales, abstractos, a los problemas particulares del individuo y del alma humana; del realismo al análisis psicológico; de un concepto positivista de la vida que busca la verdad en los datos recogidos por la pura observación social del presente al espiritualismo religioso que ve el presente como una manifestación temporal de los valores eternos: justicia, amor, hermandad,...

Como ya hemos mencionado Pérez Galdós fue un escritor muy prolífico, por lo que nos resultaría imposible hacer un análisis pormenorizado del conjunto de su obra. Nos limitaremos a realizar un breve resumen.

    4.3.1. Novelas históricas o de tesis

El comienzo de la obra galdosiana está representado por las novelas históricas en las que se propone analizar los orígenes de la revolución española. Estas novelas se caracterizan por su ideología política liberal y el anticlericalismo. Las primeras siete obras de Galdós (1868-1878) son de carácter histórico, subgénero que volvería a aparecer en los Episodios Nacionales

a) La fontana de oro (1870). La acción se sitúa entre 1820 y 1823 (Trienio liberal). Narra el conflicto entre liberales y absolutistas.

b) El audaz. La acción se sitúa en 1804.

Las obras siguientes hasta 1878 podemos considerarlas novelas de tesis, y suponen el primer intento de Galdós de enjuiciar la sociedad española de su tiempo. Se las ha llamado "novelas de la intolerancia". Los personajes de estas novelas se caracterizan por la imposibilidad de cambiar sus hábitos o sus costumbres. Para ellos todo progreso es malo.

c) Doña Perfecta (1876), publicada por entregas. Estudio del fanatismo religioso. Galdós pretendía "pintar a las personas que parecen buenas y no lo son".

d) Gloría (1876-1877), desató las iras de Pereda porque Galdós defendía la libertad de culto.

e) Marianela (1878), trata del problema de la miseria y el trabajo en las minas del norte de España, además del idilio entre un joven ciego y una joven desfigurada, Marianela. 

f) La familia de León Roch (1878). Es un intento por demostrar que la filosofía traída de Alemania como intento de racionalizar el viejo catolicismo español estaba llamado al fracaso. 

    4.3.2. Los Episodios Nacionales

Los argumentos de Los Episodios Nacionales insertan vivencias de personajes ficticios en acontecimientos nacionales. Son una serie paralela a las Novelas Contemporáneas que inició Galdós con Trafalgar (1873), interrumpida en 1880, y reanudada en 1898, y que continuó hasta 1912. En total forman 46 títulos, cinco series de diez cada una, de las que la última está incompleta (solo 6). En cada una hay un personaje central, que las unifica y que vive los principales acontecimientos del momento. 

            a) Primera serie: desde Trafalgar hasta La batalla de los Arapiles. Protagonizada por Gabriel Araceli, joven huérfano y pobre. Pasa por diversos avatares y vive los acontecimientos históricos de El dos de Mayo, presencia la batalla de Bailén...


   
         b) Segunda serie: protagonizada por Salvador Monsalud, quien es llamado a ser "el salvador del pueblo". La serie abarca desde la marcha de los franceses, Pepe Botella, hasta el comienzo de la guerra carlista, El equipaje del rey José
Abarca el reinado de Fernando VII. 




           c) Tercera serie: tiene como fondo la guerra carlista y el afianzamiento de la política liberal. El protagonista principal es Fernando Calpena y la serie se inicia con Zumalacárregui y Mendizábal









            d) Cuarta y quinta series: la cuarta serie está protagonizada por Pepe Fajardo. Aparecen personajes principales del período isabelino: Narváez, O´Donnell y Prim

                        En la quinta serie, protagonizada por Proteo Liviano, se observa una crítica muy fuerte a la burguesía, que había sido incapaz de desempeñar un papel histórico. Su visión de la España del momento es desoladora. En Cánovas  hizo una durísima crítica al sistema político y social de la Restauración. 


    4.3.3. Novelas españolas contemporáneas

En 1881, con La desheredada inicia las novelas españolas contemporáneas, que serán la culminación del arte galdosiano. Son en total 24 y en su mayoría se centran en la vida madrileña, donde Galdós veía concentrada la España del siglo XIX. 

Encontramos en estas novelas todo tipo de ambientes, descritos con detalle. Cientos de personajes que nos ofrecen un retrato fiel de la vida española en ese momento. De esta forma, no nos debe extrañar que la obra de Galdós haya sido comparada con la Comedia humana de Balzac. 

En esta fase de la novela galdosiana el realismo se enriquece, acrecienta y ahonda mediante la incorporación de nuevas técnicas. En algunas novelas domina la tendencia naturalista (La desheredada, La de Bringas o Tormento). 

En Lo prohibido y en algunas partes de Fortunata y Jacinta el elemento erótico adquiere importancia. 

A partir de Ángel Guerra la novela se hace más espiritualista: Nazarín, Halma y Misericordia

Con Realidad y La loca de la casa adaptadas a la representación da un paso hacia el teatro. 

De estas novelas contemporáneas destacaremos algunas, puesto que es imposible referirnos a todas ellas.

- La de Bringas (1884)

- Fortunata y Jacinta (1886-1887) la que es considerada su mejor obra, y junto a La Regenta de Clarín, la mejor obra del Realismo español. Tiene más de un centenar de personajes con un perfil psicológico bien dibujado. 

- Miau (1884)

- Tristana (1892), considerada la primera novela feminista.

- El abuelo (1897)

- La razón de la sinrazón (1915), escrita al dictado pues ya estaba ciego. 


    4.4. El teatro de Galdós

    Los primeros dramas son versiones reducidas de algunas de sus novelas dialogadas (Realidad, La loca de la casa). También lo será El abuelo, una de sus obras cumbres por el sentimiento humano, trágico y universal. Los dramas y las comedias concebidos ya como producciones teatrales (Electra, Alma y Vida, Casandra, Celia en los infiernos, Sor Simona) presentan un mundo similar al de sus novelas. 




    4.5. Galdós en la historia. Conclusiones

    Galdós fue un gran lector de Cervantes y de otros novelistas europeos de su tiempo. Poseía una gran sensibilidad para interpretar la realidad. Y optó por la novela porque consideraba que le ofrecía la posibilidad de no prescindir de ningún elemento de la realidad, ni siquiera de la ciencia, ni de la filosofía, cuya presencia es permanente en sus páginas. 





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