El Mester de Clerecía. Gonzalo de Berceo. El Arcipreste de Hita.




0. Introducción
El termino mester de clerecía (oficio de clérigos) hace referencia a los poemas narrativos compuestos en los siglos XIII y XIV, en la Baja Edad Media, por autores cultos denominados clérigos. Estos clérigos eran hombres de letras y divulgadores de la cultura escrita que habían aprendido en las primeras universidades, centros que en Europa iban sustituyendo a los monasterios en la difusión del saber.
Muchas de las obras del mester de clerecía son anónimas, pero hay dos autores que sobresalen: Gonzalo de Berceo, en el siglo XIII, y el arcipreste de Hita, Juan Ruiz, autor del Libro de buen amor, en el siglo XIV.


1. La Edad Media: marco histórico y cultural
Se entiende por Edad Media un periodo de casi mil años situado entre dos etapas de espléndido desarrollo cultural: La Antigüedad clásica grecolatina y el Renacimiento. Tradicionalmente se han señalado dos acontecimientos históricos que marcan el comienzo y el fin de la época: la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476, y el descubrimiento de América en 1492.
Este dilatado periodo se divide en dos etapas:
·         la Alta Edad Media
-  hasta el siglo XII, siglo en el que aparece el mester de juglaría.
-  estuvo marcada por el estancamiento cultural, al irrumpir los pueblos bárbaros en el Imperio Romano, y por el aislamiento geográfico entre los diversos reinos surgidos tras la fragmentación. En España se consolidó el reino visigodo.
-  La sociedad era rural y la vida giraba en torno al castillo del señor feudal, cuya actividad principal era la guerra.
-  La cultura se refugió en los monasterios, donde los monjes se dedicaban a recopilar los saberes en manuscritos.
- La enseñanza se impartía en las escuelas monacales.
- Se desarrolló un arte religioso que tendría su máxima expresión en el estilo románico.
- Los modelos sociales fueron el caballero y el monje, representantes de los ideales guerrero y religioso.


·          y la Baja Edad Media
-          De los siglos XIII al XV, es esta época donde debemos situar el mester de clerecía.
-          Se mantuvo la estructura social, formada por nobles, religiosos y campesinos, pero surgió la burguesía, dedicada a la artesanía y al comercio, y que prefería vivir en las villas y ciudades.
-          Se produjo un renacimiento intelectual que coincidió con importantes manifestaciones culturales (PRERRENACIMIENTO):
o   Las primeras universidades: sustituyeron a las escuelas de los monasterios. Las primeras universidades medievales eran comunidades de maestros y estudiantes. Su función principal era la de la enseñanza, pero también se dedicaban a la investigación.
En España las primeras universidades se fundaron a principios del siglo XIII, y tienen su origen en las escuelas catedralicias de Palencia y Salamanca.
o   Expansión del estilo gótico en arquitectura a partir del siglo XII.
o   La influencia de Oriente fue continua durante la Edad Media debido a las Cruzadas. Elementos como el papel de origen chino se convirtieron en esenciales.
-          Se produce un cambio en la vida de la nobleza, los castillos armados poco apoco se convierten en palacios cortesanos.
-          Surge el concepto de autor individual - en lugar de la creación colectiva-, que busca y disfruta la fama.
-          La literatura deja de tener un sentido didáctico o propagandístico para acercarse a los modelos grecolatinos y tratar temas antes olvidados, como el amor humano, el dolor por la muerte o las veleidades de la Fortuna.


2. La España Medieval
En el caso de la Península Ibérica, hay que mencionar su peculiar situación sociopolítica, marcada por:
·         La Reconquista. Tras la caída del Imperio Romano se asentó en la Península una monarquía visigoda hasta la entrada de los musulmanes a comienzos del siglo VIII. La lenta recuperación del territorio dio lugar al periodo  bélico de la Reconquista, que finalizó con la reconquista de Granada en 1492.
·         Los reinos cristianos. La fragmentación de la antigua monarquía cristiano-visigoda en la Reconquista, dio lugar a diferentes reinos dentro de la Península: el reino de León, el reino de Castilla, el de Portugal, Aragón, Navarra…
·         Mestizaje cultural. En numerosas ciudades y pueblos convivieron tres razas y religiones: judíos, moros y cristianos. Ello dio lugar a un fecundo mestizaje cultural, cuya suprema manifestación fue la Escuela de Traductores de Toledo, durante el siglo XIII.
-          Mozárabes: cristianos que permanecieron fieles a su fe en territorio conquistado por los musulmanes.
-          Mudéjares: musulmanes que conservan la fe en territorio conquistado por los cristianos.
-          Moriscos: musulmanes convertidos al cristianismo.
·         El camino de Santiago, que gracias a la peregrinación, sobre todo por el camino francés, significó un importante intercambio cultural.


3. La literatura medieval. Consideraciones generales.
La literatura medieval aparece en España hacia el siglo X supeditada a una serie de circunstancias:
·         Dispone de una lengua arcaica, formada tras la fragmentación del latín vulgar en diversos territorios tras la caída del Imperio Romano. Por ello, la historia de la literatura medieval es también el proceso de creación de un idioma cada vez más flexible, rico y eficaz.
·         La trasmisión es oral, debido a que la mayoría de la población es analfabeta, y  a que los libros estaban restringidos por su alto precio. La literatura  se daba a conocer a través de la audición colectiva de los textos.
·         Hay dos tipos de literatura:
-          La literatura popular: transmitida de forma oral por los juglares entre el pueblo, caracterizado por un lenguaje rico y expresiones cercanas al habla coloquial. El pueblo llano vivía del cultivo de la tierra, su espacio natural era el campo o la plaza del pueblo. Sus penas, alegrías o ilusiones aparecen en la lírica tradicional, en la que manifiestan sentimientos naturales y sencillos como el amor, la nostalgia del ser amado o canciones que acompañaban las tareas del campo.
-          La literatura culta: que se cultiva en las cortes y monasterios, está concebida para un público mucho más reducido, su estilo refinado resulta a veces artificioso.
Los nobles tenían su espacio natural en el castillo o en el campo de batalla. Su mundo aparece reflejado en la poesía épica; se cuentan allí las hazañas de los héroes apreciados por todos y predominan sentimientos como la caballerosidad y los comportamientos heroicos.
Los religiosos, dedicados a la tarea intelectual y a la predicación de la religión cristiana, vivían en monasterios y más adelante transmitieron su saber en las primeras universidades. Para ello se valían de una modalidad de poesía narrativa denominada MESTER DE CLERECÍA, una literatura en la que destaca la intención moral y la propaganda religiosa.
·         Teocentrismo y didactismo: La sociedad medieval considera a Dios como centro y referencia de cualquier actividad humana. Las manifestaciones literarias importantes para la época son aquellas que tienen una finalidad didáctica y moral. Por el contrario, las formas populares (romances, poemas líricos), que tienen una finalidad lúdica o de entretenimiento, se consideran de menor valor.


4. Los géneros literarios en la Edad Media.  

La consolidación de los géneros literarios en la Edad Media constituye un proceso laborioso. Los hitos principales son los siguientes:
·         Poesía lírica. Hay dos tendencias:
-          Lírica tradicional: trata asuntos amorosos y folclóricos en poemas breves: jarchas, villancicos, canciones de siega y de romería.
-          Lírica culta: aparece en el siglo XV y sigue tres vertientes:
o   cancioneril, en la línea del amor cortés, con estilo artificioso (Cancionero de Baena);
o    moral, con reflexiones sobre la vida y la muerte; estilo llano (Coplas de Jorge Manrique);
o   satírica, con críticas sobre la situación política y estilo popular. (Coplas de ¡Ay, Panadera!)
·         Poesía narrativa. Cumple una misión esencialmente informativa y presenta dos escuelas principales, aunque algunos autores añaden una tercera:
o   Mester de juglaría: Cantares de gesta o poemas épicos que tratan de asuntos heroicos en versos de arte mayor; eran recitados por los juglares ante el pueblo.
o   Mester de clerecía: aunque posteriormente nos detendremos en ella, destacaremos ahora que trata temas religiosos y vidas de santos en versos medidos y rimados. Mezcla de estilo popular y culto. En el siglo XII domina la personalidad de Berceo (Milagros de Nuestra Señora) y en el XIV, Juan Ruiz, El Arcipreste de Hita, (Libro de Buen Amor).
o   Mester de cortesía: menos articulado que los otros, nació en el seno de la Corte, en las cancillerías regias, y utilizó siempre la forma de la prosa para ámbitos legales y cortesanos, con la intención educativa de formar nobles y políticos que pudiesen prosperar en las difíciles condiciones de la revuelta Edad Media española; a esta intención responden las numerosas compilaciones de cuentos, las obras históricas y los diversos escritos de Don Juan Manuel y otros escritores en castellano y latín.

·         Teatro. Tiene escasa presencia en la Edad Media y una vez más debemos diferenciar el teatro de carácter religioso, que representa escenas del nacimiento o la muerte de Cristo en los pórticos de las iglesias; y el teatro profano, que en el siglo XV, comienza también a representar escenas pastoriles y amorosos en los salones de la nobleza.
·         Prosa. Su despertar es más tardío que los otros géneros literarios, pues durante toda la Edad Media la lengua de transmisión del saber científico, filosófico o literario seguía siendo el latín. Destacan: los libros históricos en los que Alfonso X  y sus colaboradores sentaron las bases de la prosa castellano (Estoria de España) en el siglo XII; el relato breve que alcanza su madurez en el siglo XIV con El conde Lucanor, de don Juan Manuel; Libros de viajes; y la novela, que surge con fuerza a partir del siglo XV con novelas sentimentales (Cárcel de amor) y novelas de caballerías (Amadís de Gaula). En 1499 La Celestina, de Fernando de Rojas, representa la culminación de la prosa medieval.


5. La poesía narrativa en la Edad Media

El deseo de contar o escuchar  historias constituye un rasgo común del ser humano a lo largo de las distintas épocas y civilizaciones. En la cultura grecolatina y en las culturas de Occidente, esta necesidad se satisfacía a través del género épico o narrativo, que en sus orígenes se valía del verso, dando lugar a las epopeyas y cantares de gesta.
·         Rasgos significativos de la poesía narrativa medieval:
-          Carácter histórico: surge a partir de acontecimientos históricos como batallas, vidas de héroes o santos tradicionales locales.
-          Función informativa o noticiosa: estos relatos cumplían la misión de informar de los acontecimientos más relevantes ocurridos en el entorno.
-          Intención propagandística: a favor de empresas políticas (independencia de Castilla, expulsión de los musulmanes) o religiosas (peregrinaciones a monasterios o exaltación de algún santo).
-          Expresiones y recursos literarios de carácter popular: utilizados para acercar los textos a un público amplio.
-          Transmisión oral: la poesía épica era recitada por los juglares ante un público analfabeto.
-          Dos escuelas u oficios: denominados MESTER, (palabra que proviene del latín y significa ministerium: oficio), aunque anteriormente hemos señalado que para algunos autores existían tres escuelas, la mayoría destaca solo dos: MESTER DE JUGLARIA y MESTER DE CLERECIA, dependiendo de que sus composiciones estuvieran escritas por juglares o clérigos.


6. El Mester de clerecía

En el ámbito castellano nace en el siglo XIII como el primer movimiento culto español. Se crea a raíz del Prerrenacimiento, nacido en Italia y Francia un siglo antes. Algunas circunstancias sociales colaboraron en su nacimiento: desde la victoria cristiana en Navas de Tolosa, en 1212, la guerra va cediendo paulatinamente, posibilitando el crecimiento urbano y la creación de universidades -la primera, en Palencia se funda precisamente entre 1212 y 1214-, que se suman a los monasterios como foco irradiador de cultura al que se acoge el mester. Además la ruta jacobea es también atracción para nuevas ideas; y en el IV Concilio de Letrán se promueve, de un lado, la necesidad de que los clérigos se culturizasen y, de otro, se invita a la evangelización en lenguas romances.
El mester de clerecía surge pues del deseo que sintieron los religiosos de utilizar la lengua romance para poner su doctrina de forma más directa al alcance del pueblo, para ello nada mejor que valerse de algunos recursos literarios y comunicativos propios del oficio de los juglares. El propio Gonzalo de Berceo expresa en sus versos:
Quiero hacer una prosa en román paladino,
En la cual suele el pueblo fablar con su vecino;

·         Características que definen la creación poética de los clérigos:
-          La consideración artística de su propia labor.
-          El empleo de una estrofa característica, de compleja elaboración y que para los autores del mester de clerecía era símbolo de erudición: la cuaderna vía, también llamada tetrástico y tetrástrofo monorrimo; formada por cuatro versos de catorce sílabas con la misma rima consonante. Estos versos se denominan alejandrinos por su empleo en la famosa obra Libro de Alexandre.
-          La procedencia libresca culta de sus textos, basados en fuentes latinas y religiosas, como la Biblia, san Agustín, san Isidoro, hagiografías, colecciones de milagros y textos escolares. Los autores citaban a menudo sus fuentes, ya que en la Edad Media se creía que todo lo que estaba escrito era verdadero. Además de los poemas religiosos, los hay históricos o novelescos, centrados en la vida de figuras como Alejandro Magno o Apolonio de Tiro.
-          La finalidad de estas narraciones poéticas es sobre todo didáctica, ya que pretenden enseñar y entretener. Transmiten de forma amena una enseñanza moral o doctrinal dirigida a religiosos, pero también a creyentes cristianos campesinos.
-          En cuanto al estilo, el autor se dirige al público con un lenguaje sencillo en el que aparecen fórmulas juglarescas como:
o    paralelismos,
o   epítetos épicos,
o   vulgarismos,
o   localismos
o   diminutivos ( pastorciello, serraniella…) ,
o   comparaciones y metáforas que se refieren a la vida agrícola cotidiana: no vale un pan de higo, más bella que el pan de trigo…
o    y las llamadas de atención al auditorio: Amigos y señores…, ahora os voy a explicar…, etc.
Se observa la presencia esporádica de cultismos y referencias librescas de origen latino.

-          La extensión del mester es variable según la crítica: mientras que Deyermond y López Estrada mantienen que sólo las obras del XIII son de la clerecía, Menéndez Pidal sostiene que también las del XIV han de incluirse bajo esta etiqueta. Sí es cierto que las diferencias entre las composiciones de un siglo y las de otro muestran rasgos distintivos.
o   Mientras que en el XIII hay mayor regularidad de la cuaderna vía, en el XIV hay una mayor heterogeneidad con la aparición de letrillas (Composición poéticaamorosafestiva o satíricaque se divide enestrofasal fin de cada una de las cuales se repite ordinariamente como estribilloel pensamiento o concepto general de la composiciónexpresado con brevedad.), pareados, ...
o   Las del XIV introducen elementos líricos, en oposición a la absoluta predominancia de lo narrativo del XIII.
o   El didactismo, claro al principio, se va haciendo cada vez más ambiguo.
o   La heterogeneidad de fuentes es mayor por momentos.

·         Obras
Además de los poemas de Gonzalo de Berceo y del Libro de buen amor, las principales obras pertenecientes al mester de clerecía son las siguientes:
-          Libro de Alexandre: de autor anónimo, se trata de una versión en romance de una obra latina del siglo XII, y que introduce en la literatura castellana la leyenda de Alejandro Magno. Su figura representa el prototipo del soberano que reúne sabiduría y fortaleza, pero que acaba provocando la ira de Dios por su excesiva ambición de gloría. Este poema atribuido a veces a Gonzalo de Berceo, se convirtió en modelo de la escritura de clerecía.
-          Libro de Apolonio: obra anónima que narra las aventuras del rey Apolonio de Tiro, muy conocidas en la Edad Media. Su estructura sigue el modelo de lo que posteriormente sería la novela bizantina, pues se trata de una complicada historia de amor y aventuras con final feliz, en el que Apolonio y su familia son recompensados por su fe en Dios.
-          Rimado de Palacio: Obra del canciller  Pedro López de Ayala, es un escrito a modo de confesión que pasa revista a los mandamientos cristianos y a  los pecados, causa de los desórdenes sociales. Describe con detalle la época, el siglo XIV, y los vicios que corrompen a la sociedad, ofreciendo una visión pesimista de la naturaleza humana.

7.  Gonzalo de Berceo








·         Vida.
Nace en Berceo, La Rioja, en 1196 aproximadamente. Entre 1221 y 1246 aparece como testigo o notario del abad Juan Sánchez, del monasterio de San Millán de la Cogolla, al que estuvo vinculado toda su vida. Pese a las muestras de ingenuidad que ofrecen sus poemas debió de tener una considerable formación cultural, especialmente en asuntos jurídicos, retórica y literatura latina. Se le sabe vivo en 1252. Escribió Milagros de Nuestra Señora.
Gonzalo de Berceo es el primer autor conocido de la literatura en castellano, y es además la figura principal del mester de clerecía en el siglo XIII.

·         Obra
La obra de Berceo se clasifica en tres tipos dependiendo de su contenido:
-  Hagiografías: se trata de narraciones de vidas de santos. Corresponden a esta clase: Vida de Santo Domingo de Silos, Vida de santa Oria, Martirio de san Lorenzo Vida de san Millán.
Obras doctrinales: Relacionadas con reglas y preceptos cristianos. De este tipo son: Los signos que aparecerán antes del juicio y El sacrificio de la misa.
Obras marianas: Se trata de las dedicadas a la Virgen. Pertenecen a este grupo Loores de Nuestra SeñoraDuelo que fizo la Virgen el día de la Pasión de su Hijo, y la más famosa, Milagros de Nuestra Señora.
·         Milagros de Nuestra Señora
Esta obra así como el resto de las obras marianas de Berceo, se inserta en una corriente de devoción a la Virgen que florece en Europa en los siglos XII y XIII. Como consecuencia aparecen numerosas colecciones de milagros en los que la Virgen María intercede por sus devotos. La Virgen, representada con rasgos muy humanos y maternales, aparece como la mediadora entre los cristianos y Dios, y a través de ella la gracia divina llega a los hombres y se convierte en una vía de salvación para el alma humana.
-          Contenido y estructura de Milagros de Nuestra Señora.
Para M. Gerli y V. Beltrán la unidad compositiva de la obra viene dada por el tema y por el yo del autor que abre y cierra la obra. Curtius añade que se refuerza con el valor del número mariano, el cinco: así cinco multiplicado por sí mismo da los veinticinco milagros que forman el libro.
Cada milagro se estructura según el orden de los sermones: exordium, para llamar la atención de los oyentes; narratio, donde se cuenta el milagro; y conclusio, que da la moral de modo explícito. La introducción se divide del mismo modo y nos da las claves del libro: en el exordium apela a los vasallos de Dios y en la conclusio marca la intención difusora del fervor a María de la obra. Sin embargo, es la narratio la que guarda mayor carga simbólica: en una primera parte, alegórica, presenta un hortus conclusus (evocando al Edén, un jardín idílico, cerrado, creado por Dios para el hombre, del que posteriormente sería expulsado. El deseo de recuperar ese paraíso perdido fue el que impulsó su carácter poético y lo que le hizo perdurar a lo largo del tiempo.) , o locus amoenus (es un tópico literario que generalmente refiere a un lugar idealizado de seguridad o de tranquilidad. Un locus amoenus es usualmente un terreno bello, sombreado, de bosque abierto, a veces con connotaciones de Edén. Significa lugar apartado del ruido, las tentaciones... 'amoenus' es un adjetivo latino que significa “ameno, agradable, delicioso, encantador”.), donde se refiere a él mismo como maestro e introduce el tópico del peregrinum vitae.
En el segundo apartado de la introducción, el autor realiza una explicación de la parte alegórica; así, el romero es el hombre, y la romería, la vida; los prados representan a la Virgen; y la verdura y los árboles del mismo, su virginidad y sus milagros, respectivamente; las flores son los nombres de María; las aves, los santos y apologetas; y la sombra, las oraciones.
Los milagros siguen la misma estructura de caída y redención: una persona devota de la Virgen se encuentra en un peligro y se salva gracias a un milagro mariano. Los protagonistas de las 25 historias, pertenecientes a la misma clase social que el público que escuchaba los milagros, obtienen su gracia salvadora.
Los especialistas distinguen tres tipos de milagros de María a sus fieles:
o   Milagros en los que la virgen premia o castiga a los hombres: son once, uno de los más conocidos es La casulla de san Ildefonso.
o   Milagros del perdón: son ocho, en los que la Virgen encubre o disculpa el pecado cometido por alguno de sus fieles, como el caso de El sacristán impúdico.
o   Milagros de la conversión o crisis: en estos seis milagros, la Virgen ayuda a salir de algún apuro a los que rezan, esto ocurre en el Milagro de Teófilo.

·         Personajes
Hay once milagros protagonizados por religiosos, frente a trece cuyo personaje principal es un seglar. Son catorce los que cuentan la historia de un pecador y otros tantos los que narran las peripecias de personas virtuosas. Lo que puede llamar la atención es la libertad con la que Berceo muestra las debilidades de aquellos consagrados al servicio divino: un clérigo borracho, otro ignorante, un sacristán impúdico, y un fraile ladrón, entre otros.

·         Rasgos de estilo de Berceo.
La aparente sencillez e ingenuidad del estilo de Berceo atrajeron poderosamente a los escritores de la generación del 98, como los hermanos Machado, Azorín o Juan Ramón Jiménez, que le dedicaron páginas entrañables. Sin embargo, el clérigo riojano fue un autor culto y con plena conciencia de su estilo y condición de escritor.
El estilo está marcado por dos factores: la personalidad del autor y la finalidad de la obra. Como autor culto orgulloso de su saber y consciente del deber de transmitirlo, Berceo se sirve de la cuaderna vía, con muchas rimas asonantes en los hemistiquios (Mitad de un verso, especialmente cada una de las dos partes de unverso separadas o determinadas por una cesura). Por lo demás usa de abundantes recursos poéticos que muestran su voluntad de estilo:
o   ironías,
o    metonimias,
o   lítotes(es una figura retórica, relacionada con la ironía y el eufemismo, mediante la cual se afirma algo, disminuyendo (atenuando) o negando lo contrario de lo que se quiere afirmar o decir),
o    metáforas,
o   paráfrasis y perífrasis en las franjas de amplificatio (figuras retóricas que se utilizan para realzar una idea) ,
o    anáforas,...
o    No olvida los rasgos cultos: invocaciones en las conclusios, apóstrofes cultos a la divinidad, latinismos,...
Al mismo tiempo, intenta enseñar y adoctrinar a un público integrado por peregrinos de origen campesino. Por ello adopta un tono de predicación sencillo y emplea numerosas referencias a la cotidianidad del XIII, diminutivos en -iello, comparaciones que en muchas ocasiones aluden a los elementos de la naturaleza y del mundo rural.
Además aprovecha las técnicas de la literatura oral de la época, es decir, el mester de juglaría, como fórmulas expresivas, llamadas de atención al auditorio o diálogos para otorgar dramatismo a los poemas.
Todo ello marca una clara voluntad de autoría por vez primera en nuestras letras.


8. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita: Libro de buen amor.










·         Vida
Nos han llegado pocos datos biográficos de Juan Ruiz. Se sabe que nació en Alcalá de Henares hacia 1283, que estudió en la ciudad de Toledo y que ocupó el cargo eclesiástico de arcipreste en el pueblo de Hita (Guadalajara). A partir de la lectura de su obra puede deducirse que fue un hombre de amplia cultura, con sólidos conocimientos de derecho, astronomía, filosofía y teología. Puede deducirse también que no era un clérigo normal, sino un individuo aficionado a la buena vida y a los placeres terrenales; ello pudo ocasionarle esa estancia en prisión que menciona el autor al comienzo del Libro de buen amor.

·         Obra
La obra se escribió en una época caracterizada por los profundos cambios sociales y de valores. Este mundo de transformación puede explicar la ambigüedad del libro: no es ya del todo medieval, aunque en sus páginas la fe religiosa tenga un peso esencial; ni es aún humanista (característica propia del Renacimiento), pese a su vitalismo y su preocupación por el amor humano. Lo mismo puede decirse del protagonista, que muestra al tiempo una sincera religiosidad y una concepción alegre y optimista de la existencia.
Ninguno de los manuscritos encontrados tiene título: desde la primera edición de Tomás Antonio Sánchez se llamó Libro o Tratado del Arcipreste de Hita; en 1864 Janer lo bautiza como Libro de los Cantares. Será Menéndez Pidal quien le dé el nombre definitivo: Libro de Buen Amor.
Ésta es la única obra conocida de Juan Ruiz, que posee una compleja estructura, con ingredientes muy diversos, presidida por la autobiografía amorosa del protagonista. Estos elementos principales son:
-          Prólogo: el libro comienza con un prólogo en prosa, donde se declara la intención de la obra: avisar sobre los peligros del “loco amor”, siguiendo la tradición medieval de la autobiografía amorosa, el protagonista relata en primera persona una serie de aventuras con mujeres de diferente condición, aventuras en su mayoría fracasadas. Para conseguir el amor de alguna de ellas recurre a los servicios de una alcahueta, Trataconventos.
-          Composiciones líricasGozos de santa María.
-          Episodios narrativos: la historia amorosa entre don Melón y doña Endrina. Las aventuras que le suceden al protagonista cuando viaja por los montes y se topa con las serranas, mujeres recias y hombrunas que entonces se dedicaban a guiar a los viajeros por los peligrosos pasos de sierras y montañas.
-          El relato alegórico  de la batalla de don Carnal y doña Cuaresma, típico ejemplo de la literatura festiva y carnavalesca.
-          Un amplio conjunto de fábulas que utiliza el protagonista y sus interlocutores para justificar sus comportamientos y acciones.
-          Exemplos extraídos de recopilaciones de textos escolares. Los exemplos son breves relatos cuya intención es transmitir una enseñanza de forma agradabley amena, a través de la narración de un caso ejemplificador.
-          Planto: se trata de un tipo de elegía propio de la Edad Media. El fallecimiento de Trotaconventos es ocasión para un doloroso planto en el que la Muerte se ve desconsoladamente como enemiga de la Vida.
-          Divertidas sátiras acerca de las costumbres de la época.
Es un poema largo, de 1709 estrofas, donde se mezcla lo religioso con lo profano, lo narrativo con lo lírico y lo culto con lo popular. Esta miscelánea se divide en tres partes: preliminares, corpus y un epilogo. Los preliminares se abren con una oración y se cierran con unos Gozos a la Virgen, que era tópico ya en la Clerecía; pero su núcleo lo conforma un prólogo en prosa culta que hunde sus raíces en la Biblia. Las otras dos partes del libro la forman el corpus, o conjunto de narraciones amorosas; y la parte final, que incluye varias cantigas: las de Virgen de Escolares, las de ciego, las de los clérigos de Talavera,...
A pesar de esta estructura externa, la crítica discute si el libro está realmente cohesionado. Menéndez y Pelayo apuesta por una verdadera unidad compositiva: el corpus es la parte principal, a la que se le añaden unos preliminares y una parte final, pero el tema único del libro es las aventuras amorosas del Arcipreste. Las piezas provienen de las fábulas de Esopo, Fedro y de los fableux franceses, que amplifica mediante digresiones morales, ascéticas, satíricas, episodios alegóricos y composiciones líricas. Mª Rosa Lida de Malkiel y Francisco Rico apoyan esta idea, aunque eliminan su picaresca.
Por el contrario, Menéndez Pidal alega que el libro es misceláneo y juglaresco en cuanto incluye muchos tópicos de la juglaría. Había dos tipos de juglares: frente al anónimo, profesional, existía el juglar cazurro desde el XIV, producto de la decadencia de la épica: en sus poemas busca la originalidad en la diversidad y en un repertorio configurado según la técnica del desbarajuste, o miscelánea. A esa amalgama le daba unidad la autoría, pero no la forma ni los temas tratados. Así, concluye, Juan Ruiz, escribió el libro para un juglar cazurro.

·         Los temas.
El sentido profundo de Libro de Buen Amor parte de la contraposición entre dos amores:
-el buen amor: espiritual, a dios, a la Virgen; frente al
-loco amor: carnal, a las mujeres, pecaminoso.
La poderosa originalidad de Juan Ruiz radica en la deliberada ambigüedad de su mensaje moralizador. El arcipreste defiende el buen amor, pero la alegre picardía y el gran conocimiento que despliega para describir el pecado pueden inducir a él a los oyentes menos avisados. Por otro lado, la atención a los detalles realistas concretos y la prodigiosa frescura de su lenguaje convierten al Libro de buen amor en un verdadero retablo de la vida medieval durante el siglo XIV.

-          Autobiografía y didactismo.
Américo Castro notó la influencia de El collar de la paloma, de Ibn Hazm, de donde tomó lo autobiográfico y lo erótico. En una misma línea orientalista, Mª Rosa Lida de Malkiel afirma que proviene del género árabe de las maqamat, que conocería por los hispanojudíos del XIII y del XIV, especialmente por el médico judío Meír Ibn Sabarra, quien en su Libro de las delicias, mostraba su vida como ejemplo moral.
Emilio García Gómez desmontó las tesis de Castro al demostrar que el arcipreste no pudo conocer el libro de Ibn Hazm. Francisco Rico le apoyó y optó por notar la influencia de la obra amorosa de Ovidio: en la Alta Edad Media se dieron relatos de aventuras amorosas en primera persona y en latín atribuidas a Ovidio; en el XIV tuvieron una gran difusión en especial con De vetula, donde aparecen muchos puntos en común con Juan Ruiz.
Para Amador de los Ríos es un libro moral contra el loco amor, el terrenal sin mesura, opuesto al bueno, o divino. Esta tesis la apoya Mª Rosa Lida de Malkiel: el libro se integra en el mester de clerecía decadente del siglo XIV: utiliza la técnica de un tipo de didactismo moral ascético del Medievo: predicar algo exponiendo su contrario, en este caso con su propia vida: el loco amor no tiene nunca un buen final; de hecho, todas la mujeres la rechazan menos la monja Garoza, que muere. Jorge Guzmán abunda en esta idea: Hita escribe contra la misoginia medieval y así, llama sensatas a las mujeres cuando rechazan el trato carnal vacuo.
No obstante, para otros críticos este didactismo no está tan claro: Sánchez Albornoz lo tilda de cínico por su falsa moralidad, pues el libro es un canto al amor carnal. Márquez Villanueva, por su parte, expone que hunde sus raíces en el amor cortés, que es el buen amor, y que permitía escarceos físicos salvo la consumación; igualmente toma elementos del amor udrí árabe, paralelo al cortés y que produce la regeneración espiritual del amante a partir de los cuerpos; por tanto, concluye, no es tanto un canto al goce como al deseo, que es innato en la condición humana; como esta concepción chocaba con la doctrina católica introdujo elementos morales, por eso nunca ataca ningún dogma de fe.
Por último Jacques Joset establece una solución intermedia: es un libro propio de la confusión siglo XIV, cuando se produce una enorme relajación de costumbres, no de fe; presenta el conflicto entre las normas morales y el goce de vivir, riéndose tanto del que sigue el loco amor como del cuerdo moral de su época.
-          El amor y la muerte.
Con todos los matices que hemos apuntado arriba, expone con su vida que hay que tener mesura y no corresponder al amor pasional que siempre trastorna: lo opuesto es el amor divino, en el que se encuentra refugio vital. Por vez primera es tema principal el amor a mujeres reales; aunque no es correspondido se ensalza el deseo como proceso de conquista y motor de la vida. Los retratos femeninos los construye según la retórica clásica. Así, Doña Endrina y Doña Garoza responden al tópico de mujer rubia y de piel blanca, bella y digna de ser amada, aunque rompe con la retórica en dos puntos: las describe no sólo de busto hacia arriba, como era preceptivo, y les atribuye unas notas de comportamiento amoroso. Por el contrario las serranas responden al tipo de mujeres agrestes y selváticas y, por ello, casi animalizadas, que toma del folklore medieval y de las pastorelas francesas, que parodia. Por su parte, Trotaconventos prefigura el tipo de la alcahueta que culminará en Celestina: aparece como mujer madura, codiciosa y sabia, tanto por el conocimiento que tiene de la condición humana como por estar próxima a la brujería.
La muerte cobra una gran importancia en la elegía a Trotaconventos, la primera de la literatura española, y que da las pautas para la posteridad: su estructura es tripartita: consideraciones generales, lamento de los supervivientes y alabanza del difunto. La muerte es cruel por ineludible: de ahí lo inútil de acumular bienes terrenales y de albergar esperanzas. Aunque sabe que hemos de prepararnos para que nos acoja, Juan Ruiz no disimula su miedo y acude a Dios a pedirle prórrogas vitales: la muerte significa la putrefacción del cuerpo y el cese del deseo, motor de la vida. Esta verdad moral de la brevedad de la vida le sirve para actualizar los tópicos en su tiempo: analiza humorísticamente a todos los estamentos del XIV, especialmente, a la propia iglesia: ya sea mediante la parodia -como la de los clérigos de Talavera, que se niegan a renunciar a sus barraganas (concubinas) - o la aseveración contra el afán de riquezas del clero.

·         Métrica y estilo.
Lo que convierte al Libro de buen amor en una obra cumbre de la literatura medieval es la incomparable viveza de su lenguaje.
1534 estrofas de las 1709 de las que se compone están en cuaderna vía, aunque introduce hexadecasílabos con hemistiquios como octosílabos populares; en las partes líricas predomina las composiciones con estribote (Composición poética antigua en estrofas con estribillo.) , como el zéjel, delatando la heterogeneidad de la clerecía del XIV.
Su estilo mezcla lo culto con lo popular. Por influencia escolar utiliza la amplificatio mediante enumeraciones y sinónimos juntos aporta realismo y colorido; perífrasis, exégesis e ilustración con ejemplos. De la Escolástica recoge la fórmula de himno bíblico -vocativo más oración de relativo-, los diversos tropos, las digresiones y las estructuras bimembres y coordinativas.
De lo popular toma la yuxtaposición, el dativo ético, las fórmulas fáticas juglarescas y numerosos rasgos del habla popular: diminutivos y aumentativos, hipérboles, refranes, exclamaciones, interjecciones, juramentos e imprecaciones (deseo de que alguien sufra algún mal) de todo tipo y eliminación de los verba dicendi (formas verbales que designan acciones de comunicación lingüística (como 'dijo', 'respondió' o 'contestó') o que expresan creencia, reflexión o emoción (como 'pensó', 'lamentó', 'protestó'...) que sirven para introducir la voz del personaje. En algunos estudios lingüísticos también son conocidos como verbos declarativos) ; mostrándose así como un producto típico de la heterogeneidad de la clerecía del XIV.







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